Tahiti Nui y Tahiti Iti: Gran Tahiti y Pequeño Tahiti.


Anochecer en Tahiti


Tahiti Nui y Tahiti Iti.

Tahiti esta compuesto de dos islas Tahiti Nui o Gran Tahiti y Tahiti Iti o Pequeña Tahiti, conectados por el llamado istmo de Taravao. Gran Tahiti se puede circunvalar en coche en dos a tres horas, en función del tráfico, el cual suele ser solo un poco más intenso en las entradas y salidas de Pape'ete.


Tahiti Niu y Tahiti Iti.

El día anterior ya habíamos visitado los lugares más importantes de Pape'ete, mercado incluido, así que hoy podíamos saltarnos las ciudad. Además el mercado esta cerrado en Domingos, solo abre un rato por la mañana en donde abren puestos de comida, aunque según parece es el momento para poder disfrutar de la comida local. A parte de eso, mejor planear la visita al mercado cualquier otro día que no sea Domingo.


Coche de alquiler en Herz.

La reserva la teníamos con Herz, y a pesar de que tenían una oficina en Pape'ete, estaba cerrada en Domingo, que raro, no? lo cual la única posibilidad era recogerlo al aeropuerto, lo cual suponían otros 2500 Francos de taxi. 

Afortunadamente el aeropuerto no esta muy lejos de Pape'ete, así que a la vuelta el trayecto hasta el ferry sería menos costoso, pues por supuesto que nos permitieron devolverlo en la otra oficina, kudos negativos para Herz. 

Además también tuvimos que añadir el coste del seguro, el cual ya esperábamos y el de los kilómetros, ya que teníamos que pagar por los kilómetros que hiciéramos, más kudos negativos.

Ya que todas las oficinas de alquiler de coches en el aeropuerto están literalmente una al lado de otra, y cuando digo oficinas, son mas bien pequeños puesto de una persona para atenderlos, preguntamos por nuestra reserva en Moorea en Avis

Y menos mal que preguntamos, pues la reserva no estaba confirmada, así que tuvimos que empezar otra vez todos los trámites, pero al final salimos con un coche para Moorea ya preparado.


Nuestro pequeño Citroen C1.


El coche de Herz para recorrer Tahiti era un pequeño Citroen C1, más que suficiente para nuestras necesidades. 

Curiosamente era de cambio automático,  lo cual es raro en lugares con influencia europea, pero salía al mismo precio que el manual, no necesidad para quejarse.

Una vez ya en nuestro utilitario empezamos a circunvalar la isla hacia el norte. 


Grotes de Maraa.

Primera orden del día para parar en los Grottes de Maraa, unas cuevas escarbadas en la montaña completamente cubiertas de vegetación y llenas de agua. 

La grutas están protegidas para que nadie pueda acceder al agua, con el fin de no destruir el ecosistema natural. En un corto paseo llegamos a contar hasta tres grutas. 

Si se quiere realizar una paseo más largo puedes acceder a una serie de Marae o templos antiguos.

Grottes de Maraa


Debido a la naturaleza volcánica de las islas de la Polinesia, es muy habitual encontrarse con este tipo de grutas en la mayoría de ellas, y casi toda tienen curiosas historia, pero quizás la que más nos interesó fue la de una Princesa Española en Makatea. Buscando sobre esta leyenda, encontramos que estaba realmente basada en hechos verídicos.

Según parece la hija de Don José Andia y Varela, comandante de la nave "Júpiter", enfermó gravemente en la travesía por estos mares y su padre para evitar más sufrimiento a su hija la mando a una de las islas, Makatea. La muchacha llego con todos sus baúles, con bellas ropas y objetos de oro y plata. Se cuenta que se recupero y vivió felizmente en la isla.


Taharuu Beach.

Siguiente parada: Taharuu Beach. Como el día anterior, sigue nublado aunque esperamos que más tarde pueda despejar un poco, pues hemos empezado nuestra excursión bien pronto.

A pesar de ser Domingo, todavía no hay mucha gente en la playa, quizás es al hora, quizás es el clima.

Habíamos estado buscando algún sitio para desayunar, fundamentalmente un puesto de comida tradicional cerca de la carretera, un food truck (camioneta con comida), pero una vez fuera de los aledaños de Pape'ete ya no hemos visto nada, y el único sitio que vimos, para llegar al cual creamos un colapso en la carretera pues teníamos que cambiar de sentido, ya no tenia comida.


Taharuu Beach.


Visto el plan paramos en un Champions para al menos comprar material para bocadillos, los cuales nos disponíamos a preparar en Taharuu Beach. 

La playa de Taharu esta al sur de la isla grande, es una playa de arena volcánica negra, larga y ancha y rodeada de enormes palmeras. Es una playa muy frecuentada por las familias locales, pues es ideal no solo para el baño si no también para los surfistas.

En esto que ya en la playa vemos un pequeño chiringuito, justo en la misma negra arena de la playa, el problema es que nos daban de comer, no se sabe muy bien por que, pero estaba completo y no aceptaban más gente, aunque todas las mesas estaban completamente vacías. No nos quedo muy clara la razón pero no teníamos más opción que desayunar un bocadillo hecho en la misma playa.


Water Gardens Vaipahi.

Parecía que el sol se empezaba a abrir paso, perfecto para el siguiente lugar: Water Gardens Vaipahi. Son unos agradables jardines, abiertos al público y sin ningún coste en donde apreciar diversa flora nativa alrededor de varios pequeños lagos y cascadas naturales. Incluso se disfrutan todavía más cuando los tienes todos para ti sin más público.

Desde aquí parten varios senderos que podemos recorrer.

  • Sendero del río de 2 kilómetros (aproximadamente una hora para recorrerlo).

  • Sendero circular medio de 2.75 kilómetros (unos 75 minutos).

  • Sendero circular largo de 5.1 kilómetros (unas dos horas).


Water Gardens Vaipahi









Plage de Maui.

Pare nuestro siguiente destino teníamos que atravesar el istmo para pasar a Tahiti Iti, hasta Maui Beach o como la llaman allí Plage de Maui. 

La playa no es muy grande que digamos, pero es la única con arena blanca en la isla, lo cual de la esa calidad de única. 

Fue nuestro primer destino para hace buceo, aunque sin el tubo y las gafas nos fue bastante complicado, pero allí fue nuestro primer contacto con la increíble variedad de peces que íbamos a encontrar en el resto del viaje.


Plage de Maui

Otro de los principales atractivos de esta playa es el restaurante Maui Beach, es cual es un autentico chiringuito pegado casi más al mar que a la playa. 

El primer contratiempo fue poder aparcar, pues el único sitio para dejar el coche es junto a la carretera, y estaba llena, llena de coches, lo que hacia presagiar el estado del restaurante.



Efectivamente, estaba atestado de gente. Se notaba que las restricciones COVID se habían relajado bastante, todas las mesas estaban bien juntas a otras. 

Hablamos con el encargado sin muchas esperanzas, en cualquier caso siempre podíamos ir a la playa y volver más tarde, pero tuvimos las suerte de encontrar una mesita en la último saloncito que tienen.


Pescado y gambas en Maui Beach Restaurant.


Es curioso que el suelo del restaurante es de arena, lo cual acentúa todavía más el espíritu de chiringuito. Lo tomamos con calma, el restaurante estaba lleno y no había muchos camareros, así se tomo su tiempo hasta que nos sirvieron la comida.

Marcela pidió unas gambas a la plancha y yo un variado de pescados con una salsa riquísima. No vais a encontrar muchísima variedad de platos, pero al menos los dos que pedimos estaban de rechupete, y parece ser lo común, pues es uno de los más recomendados de la isla.

Después de la manduca pudimos ya disfrutar de la playa de arena blanca y de los peces de colores, aunque sea desde fuera del agua.



Faarumai Waterfall.

Ya estaba empezando la tarde, y todavía nos quedaba por recorrer la mitad de la isla, conclusión, tuvimos que elegir los destinos que nos quedaban.

Para variar un poco de costa, elegimos como, casi última parada, Faarumai Waterfall, a las cuales se puede llegar prácticamente en coche hasta ella, solo unos cinco a diez minutos paseo desde el parking.


Faarumai Waterfall


Están hacia el interior del valle, así hay que conducir entre carretera bien estrecha pero asfaltada, aunque con muchas viviendas a los lados, y como era Domingo tarde, mucha gente se había dispuesto en plan pachanga en mitad de la carretera, con mesas, sillas, comida, bebida y enormes altavoces, tipo discoteca con música a todo volumen.


Las cascadas están muy bonitas y bastante impresionantes, son del estilo cola de caballo con bastante altura y caen en un pequeño regazo de agua que si no fuera por los mosquitos y por la noche que ya nos acechaba, invitaba a darse un chapuzón.

De vuelta al hotel, nos contaron una leyenda local muy curiosa sobre este valle y las cascadas, aquí está.

Hace mucho tiempo, una familia real vivía en el valle de Tiarei. El padre, Marurai, era temido y respetado por toda su gente. 

Tenía una hija llamada Fauai. Era la muchacha mas bella de todo el valle, pero tenía prohibido por su padre hablar con otro muchachos de su edad. Era tabú y cualquiera que se acercara a ella corría el riesgo de ser ejecutado. Fauai vivía triste por esta situación y soñaba con verse libre de ella.

Llegó un día en que la madre de Fauai enfermo, los curanderos recomendaros recoger una hierbas medicinales, y Fauai se ofreció voluntaria para recolectar estas.

Acompañada de dos guardias, cuando se internaba en el valle se encontró con Ivy, un joven muchacho de su edad, quien le dice que también esta buscando hierbas.

Fauai se lleva a Ivy de la mano detrás de unos arbustos y le cuenta su historia, y le pide que la ayude a escapar.

Cuando los guardas se acercan para investigar lo que esta pasando, Ivy se descubre como el genio del valle, y le promete a Fauai que el siempre la protegerá y estará a su lado.

Desde entonces Fauai e Ivy viven felices y juntos detrás de la cascada del valle, el cual desde entonces se llamó de Faarumai.


Intercontinental Hotel Pape'ete.

De vuelta a la carretera, única y principal, el sol ya estaba a punto de caer, lo que daba poca oportunidad para poder visitar algún otro lugar, así que pensamos que los mejor era seguir hasta el hotel Intercontinental, situado cerca del aeropuerto, y supuestamente uno de los mejores de la isla.

Llegamos casi con la caída del sol, no había ningún tipo de control a la entrada como suponíamos podría haber en estos lugares, así marchamos directamente hasta el parking.


Piscina de agua salada del Hotel Intercontinental Tahiti.

El hotel, no se puede negar esta muy bonito, sobre todos las instalaciones. 

Tiene tres piscinas, bueno, dos piscinas y una especie de acuario gigante con corales y peces, en donde puedes nadar entre ellos. 

La primera es una infinity pool que da la laguna, y luego tiene otra infinity pool que da al mar, de agua salada y con su barrita de bar en el agua.



Aquí pudimos ver nuestros primeras habitaciones flotantes encima del agua. Están bien pero no impresionan tanto como otras, mas que nada por la ubicación y el color del agua del mar no parece tan especial como las que se ven en los catálogos, pero eso no les quitaba nada del mérito, ni del enorme precio que hay que pagar para poder alojarse en ellas.

Habitaciones flotantes del Hotel Intercontinental Tahiti.


Roulottes.

Del hotel ya salimos entrada la noche y estaba claro que teníamos que cenar fuera del hotel, pues ya llevábamos dos días cenando a base de tapas en el restaurante del hotel y queríamos algo distinto.

El día que llegamos a Tahiti, vimos que a la salida de Pape'ete había varios food truck (ca, con mesas al aire libre y bastante gente, y como estaban justo de paso hasta el hotel, paramos en unos de ellos. Eran cuatro food truck, montón de coches aparcados y mucha gente disfrutando de la noche y la comida tropical. Aquí a estos camiones de comida estables se les llama Roulottes.

Ni llegamos a uno de ellos cuando los camareros ya nos estaban ofreciendo menú y mesa, en francés. Tras la propia adaptación a un ingles muy básico, decidimos que un plato de carne con patatas o pasta y pescado crudo con salsa de coco (uno de los platos típicos más famosos) eran suficiente atractivo para la cena. De bebida nada de alcohol, una botella de litro y medio de Coca Cola.

Toda la gente que estaba comiendo en los food truck se notaba que eran locales, creo que éramos los únicos turistas, lo cual acentuaba todavía mas su atractivo y autenticidad.


Roulottes: por fin una auténtica cena local.


Pero eso no fue nada comparado con la comida. Uno piensa no encontrarse mucho en un sitio como estos, pero estos el food truck lo tenían como despensa y para cobrar, pues delante tenían unas brasas que era donde preparaban la mayoría de la comida. 

Y se notaba, la carne, nada de corte americano, si no mas bien tipo entrecot europeo, tenía un sabor a brasa exquisito, super tierno y delicioso, las patatas muy buenas y la paste de Marcela de chuparse los dedos, y el pescado con salsa de coco, era como una especie de ceviche o salpicon con distintos tipos de atún marinados, y estaba más que increíble. Y para colofón toda la cena a penas nos salió por 4000 Francos, casi la mitad de las tapas del restaurante, pero muchísimo más ricas.

Sin lugar a dudas un estupendo final para un día cargado de emociones, experiencias y nuevos lugares y gentes.


Simple pero delicioso menú.

Publicar un comentario

0 Comentarios