Tahiti, ahí que vamos

Nuestra pequeña charca.


Tahiti, la Polinesia Francesa, un sueño siempre prohibido, demasiado caro, demasiado complicado, demasiadas islas, pero hay siempre presente en mi "bucket list". 

Este último Memorial Day estábamos disfrutando de nuestra piscina portable, sin mucho más que hacer pues habíamos decido quedarnos en casa debido a los altísimos precios de cualquier tipo de alojamiento para el puente. Haciendo planes para una escapada en verano. Precios de aviones por aquí, precios de aviones por allá. En este que aparece un destino: Pape'ete. Y donde está Pape'ete nos preguntamos. Pues Pape'ete es Tahiti, la principal isla y de hecho capital de la Polinesia Francesa.

Y que tenia de particular el vuelo en cuestión, pues que, primero era un vuelo directo tanto de ida como de vuelta, y segundo, y más importante, que estaba a casi la mitad de precio de lo que suelen valer los boletos para Tahiti. El único pero era que los días eran muy definidos, había que salir un día en particular y volver en otro. Mover un solo día tanto la ida como la vuelta suponía duplicar el precio.

Así que el viaje tenia que ser de diez días, pero que hacemos diez días en Tahiti, porque uno de los destinos más conocidos es Bora Bora y sus hoteles con habitaciones flotantes encima del mar, las cuales venían, y todavía vienen a costar una fortuna. Además también había que contar con un vuelo adicional de casi el mismo coste que los billetes desde San Francisco.

Poco a poco comenzamos a investigar más sobre Tahiti, y encontramos que otro de los mejores destinos, la isla de Moorea, esta a solo 45 minutes en ferry de Tahiti. Además encontramos que las islas no solo son playas y mar, si no que hay diversos destinos para caminar y descubrir las jungla que cubre todo el centro de las islas, pues son islas volcánicas, en donde toda la civilización esta en la costa y el centro es pura montaña cubierta de jungla.

Aquí y allá encontramos precios razonables, no demasiado caros en AirBnb y algún que otro hotel decente a precios decentes, sin necesidad de tener que vender un riñón para poder alojarse.

Al final teníamos una propuesta de viaje a precio razonable a Tahiti, solo quedaba la cuestión de decidirse y empezar con lo más complicado, la reserva del avión.

Entre cervecita, patatitas y guacamole, aguantando el calor en nuestra pequeña charca, allí estamos en la decisión final. Que sí, Que no, desojando la margarita, al final salió que ... SI, hay te vamos Tahiti.


Tahiti, ahí te vamos.


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