El corazón de las rocosas canadienses


El corazón de las rocosas canadienses.

Después de nuestro periplo por Waterton, la parte canadiense del International Peace Park, el siguiente objetivo estaba al norte, en las rocosas canadiense, cerca de Calgary, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988.

Desde Waterton hasta Calgary hay que tomar la carretera 5 hacia el este y luego la autopista 2 hacia el norte. 

Después de varios días entre montañas, lagos y carreteras corriendo paralelas a precipicios, el cambio de paisaje fue drástico mientras que recorríamos hacia el norte de Alberta. 

Montañas sustituidas por inmensos prados, lagos intercambiados por extensos cultivos de canola, los cuales creaban auténticos mares de flores amarillas, y las dramáticas carreteras pasaban a ser veloces autopistas, en donde por primera vez nos dábamos cuenta del cambio de unidades del país más norteño del continente.


Campos de canola, los cuales vemos a lo largo de la autopista 2 por las llanuras de Alberta desde Waterton hasta Calgary.

A diferencia de Estados Unidos, Canada hace uso del sistema métrico, es decir, kilómetros en lugar de millas, metros en lugar de pies, grados centígrados en lugar de grados fahrenheit, litros en lugar de galones y así para cualquier otra unidad.

Y en las autopistas los canadienses parecen tomarse muy liberalmente el sistema métrico, sobre todo a la hora de la velocidad, pues parecen casi más alemanes que americanos, sobre todo los grandes camiones, los cuales no tienen ningún problema en volarte el espejo retrovisor por sus altas velocidades.


Descripción de los servicios que podemos encontrar en el Acclaim Hotel Calgary Airport.

Una vez adecuados al nuevo entorno, tanto a nivel de paisaje como a nivel de conducción, llegábamos a Calgary, a poco más de tres horas de distancia de Waterton. 

Encontramos una increíble oferta, por debajo de $100, en el hotel Acclaim Calgary Airport, el cual se encuentra muy cerca del aeropuerto internacional de Calgary al norte de la ciudad, fantástico hotel, prácticamente nuevo, alejado del centro de la ciudad, pero ideal para todo aquel que desee estar cerca del aeropuerto o en la zona industrial que rodea a este. 

Las instalaciones del hotel son impecables, al igual que las habitaciones, las cuales contaban con todos los recursos de hoteles del doble de estrellas, sobre todo unos fantásticos y comodísimos albornoces los cuales puedes usar en el doble jacuzzi que tienen en el ático del hotel, con unas espléndidas vitas de la ciudad de Calgary.


Jacuzzi en lo alto del Hotel Acclaim Calgary.

Disfrutamos mucho del hotel las pocas horas en que estuvimos en él, pero mi recomendación es continuar una hora y media más en coche para llegar a Banff y pasar la noche en las rocosas.

Fusilli con salsa de tomate y pollo.

Pizza gluten free con
el Canadian Bacon.

Cenamos en la famosa cadena Boston Pizza, cuyos más de 350 restaurantes se encuentran por todo Canada, y que se hace llamar un restaurante de cena casual, algo más o menos tipo Applebee's, aunque quizás con un poco menos de variedad pero un poco mejor de gusto.

Lo importante de la cadena Boston Pizza para los celiacos es que tienes pizza y pasta gluten free. 

Puedes elegir cualquier tipo de pizza de las que disponen en masa normal, aunque el tamaño es individual, pero suficiente para satisfacer prácticamente cualquier estomago. 

La pizza es cuadrada en lugar de redonda y de masa mas gruesa que las típicas gluten free. 

En cuanto a la pasta solo disponen de fusili, y se pueden elegir varias salsas y proteínas como ellos llaman al pollo, gambas o salmón.

Por cierto, el nombre que le dan es glutenwise, pues no pueden asegurar que la comida este totalmente libre de cross-contamination (contaminación de gluten debida a productos con gluten cocinados en el mismo entorno).


Paisaje de la autopista 1 antes de Banf.

Trans-Canadian Highway 1.

A la mañana siguiente entramos por el sur de las rocosas canadienses por al autopista 1. 

Según nos vamos acercando a las rocosas, el paisaje se convierte en una continua sucesión de pico tras pico, pero de esos que dibujábamos cuando éramos chicos, y las montañas eran puros triangulitos.


Vistas de las rocosas desde la Trans-Canadian Highway 1.

Pocos kilómetros antes de llegar a Banff nos vamos a encontrar con la entrada del parque nacional. 

Sí, la entrada del parque nacional esta en mitad de la autopista, y hay que pagar la entrada. 

La entrada por adulto es de $9.80 (dólares canadienses), aunque si en el coche van tres o mas personas es mejor pagar el llamado pase familiar o de grupo por $19.60. 

El pase en estos casos es solo valido por un día en lugar de los siete días que es lo habitual en los parque nacional americanos. 

Un detalle más, el pase anual americano, no es valido aquí, aunque puedes comprar el pase anual canadiense por $67.70 por persona, en lugar de por coche como en los parques nacionales de su vecino del sur.


Entrada al parque nacional en mitad de la autopista.

Detalle de la entrada el parque nacional de Banff.

Los únicos exentos de pagar son los que circulen por la llamada Trans-Canadian Highway 1 (autopista 1), la cual llega hasta Banff para luego seguir hacia el suroeste hasta Vancouver en British Columbia; y siempre y cuando no se hagan paradas en ninguna tramo del parque nacional.


Cascadas que podemos ver a lo lejos a la entrada del parque nacional de Banff en Alberta, Canada.

Cualquier otro camino hacia Jasper por la llamada Icefields Parway, la cual es el corazón de las rocosas canadienses, tienen que cotizar y hacerse con el pase.

Banff es una pequeña y adorable ciudad totalmente orientada al turista. 

Desde que entramos en ella por la Trans-Canadian Highway 1, vemos una sucesión de hoteles, todos diseñados al estilo alpino, aunque cada uno con alguna que otra distinción, pero sin que ninguno de ellos alcance mucho más de dos o tres pisos de altura.


Banff.

Una vez pasada la interminable fila de hoteles, llegamos al centro del pueblo, el cual consiste en dos importantes y paralelas calles totalmente abarrotadas del restaurante, boutiques, tiendas de deporte, sobre todo de hiking, ski y deportes de montaña, y tiendas de regalos.

A pesar del increíble tufillo a turisteo, el pueblo es muy bonito de visitar y si podemos encontrar algún hotel a precio moderado, lo cual no es fácil, sería el perfecto lugar como base para cruzar las rocosas.


Comiendo en Park Distillery.

Nosotros simplemente paramos para ver el pueblo. 

El primer paso es acercarse a la oficina de turismo, en donde nos informaran sobre la Icefields Parkway y las principales paradas a lo largo de ella, así como los senderos más recomendados en función de cuanto tiempo vamos a pasar en el parque y que tipo de caminata queramos realizar.


Calamares fritos con alioli.

Pechuga de pollo.

Aprovechando que se acercaba la hora de la comida, y que la mañana estaba soleada, decidimos probar alguno de los muchos restaurantes de la zona centro.

Nos decantamos por Park Distillery, el cual a parte de restaurante es destilería de una variada selección, principalmente de vodka, con un curioso método de destilación.

El restaurante dispone de un primer piso con terraza en la calle y de un segundo piso, también con terraza.


Pincho con gambas y salsa alioli y holandesa.

En el segundo piso vamos a poder a preciar mucho mejor las vistas de las montañas que rodean Banff.


Por supuesto podemos dar un paseo en coche de caballos por el pueblo.

Oficina de turismo de Banff.

Banff School Auditorium.
El primer colegio permanente de Banff fue construido en 1887 en la Banff Avenue, justo un año después de que la ciudad se hubiera establecido. Construido en 1939, el Auditorio del Colegio de Banff (hoy en día el Centro de Información de Parques de Canada) es el único edificio que se conserva de todos los edificios educacionales que fueron construidos en aquel entonces.

Grabado con un oso cerca del centro de información en Banff.

Caminar un buen rato por las calles de Banff es algo imprescindible, siguiendo la calle principal llegaremos a un parque, el cual sirve como el principal elemento de picnic en el pueblo, y desde el cual podremos disfrutar de las impresionantes vistas de las rocosas todo alrededor del pueblo.


Baños en Banff.

Vistas de las rocosas desde un parque en Banff.

Muchos de los edificios de Banff usan energía solar como principal fuente de energía.

Terminada la visita de Banff, volvemos a tomar la Trans-Canadia Highway 1 hacia el norte. 

La primera parada, justo antes de la desviación hacia Icefields Parkway debe ser Lake Louise. 

Este lago ofrece las primeras, y quizás una de las más impresionantes vistas de las rocosas, teniendo a los pies el verde y maravilloso Lake Louise. 

Muchos pueden pensar en quedarse en el lago por varios días, disfrutando el lago en canoa o kayak, o recorriendo los muchos senderos que se inician allí, pero Banff y Jasper National Park ofrecen mucho más además de esta gema de lago.

Aviso, el acceso al lago y los diversos recursos como hoteles y otras instalaciones suelen verse habitualmente atascados en las horas centrales del día, así que lo mejor es planear la visita apropiadamente o armarse de paciencia.

Alguna de las curiosidades de la todavía autopista 1, es que esta completamente vallada, de manera que ningún animal salvaje pueda entrar en ella, con el consiguiente peligro para los propios animales, primero, y para los conductores después.

Otra curiosidad, relacionada con la primera, es que vamos a encontrar puentes de un considerable ancho, también completamente vallados y arbolados, los cuales sirven como amplios pasillos para que la vida salvaje del parque nacional pueda atravesar la autopista de un lado a otro.




A los pocos kilómetros de pasar Lake Louise, la Trans-Canadian Highway 1 gira hacia el oeste y encontramos la maravillosa Icefields Parkway, autentico epicentro de los parques nacionales de Banff y Jasper, pero como dicen en las películas, eso lo dejo para el próximo capitulo.


Como no podía ser de otra manera, la hoja de arce la bandera canadiense siempre presente.

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