Wall Street. New York, 1992


Wall Street. 

El centro financiero de la ciudad, quizƔs del planeta puede encontrarse en Lower Manhattan y como la mayorƭa sabe, se llama Wall Street

AdemĆ”s de ser lugar donde muchas importantes compaƱƭas tienen su sede, allĆ­ podemos encontrar el NYSE, la Bolsa de New York, quizĆ”s por eso lo de tanta empresa a su alrededor, o serĆ” al revĆ©s, parece como el problema de la gallina y el huevo. 

Una de las curiosidades del barrio es poder ver a esas ejecutivas agresivas perfectamente uniformadas de traje chaqueta volando por las aceras con una impecables zapatillas deportivas blancas, las cuales suelen cambiar por zapatos mƔs acorde cuando llegan a la oficina.



ParecĆ­a una famosa leyenda urbana, pero es totalmente cierta, lo que nos quedo la duda es si los zapatos de tacĆ³n los llevaban en el bolso o estĆ”n en la propia oficina. 

La gran muchedumbre paseando a toda velocidad de un lugar a otro durante las horas de oficina, parece como desvanecerse al cierre de estas o en los dĆ­as no lectivos, las calles se encuentran completamente desiertas, y es el momento en que los turistas pueden tomar las calles que de las fuentes de oro y poder.



La zona cuenta con mĆ”s peculiaridades, como poder ver a los empleados de la bolsa a las puertas de las oficinas fumĆ”ndose un pitillo, algo ciertamente raro de ver en nuestro paĆ­s en aquel entonces, no tanto en los tiempos que corren. 

Cada cual uniformado con su chaleco de colorines, con el cual poder distinguir a que sindico pertenecen, no sea que quieras comprar patatas al que solo vende petrĆ³leo. 

En el centro neurĆ”lgico puede encontrarse la escultura del toro, sĆ­mbolo de la bolsa de New York, y no, no es el de Osborne. 



Entre otras obras callejeras que nos llamaron la atenciĆ³n es la de un sindico de metal sentado en un banco, posiblemente en su hora de descanso tomĆ”ndose un tente-en-pie, pues es de lo mĆ”s tĆ­pico el ver a la gente de las oficinas pasando los pocos minutos de asueto al aire libre, a veces mĆ”s frio que otra cosa, en los parques de alrededor, cargando pilas antes de volver a la batalla.

El propio NYSE posee un museo el cual se puede visitar, y por supuesto te puedes apuntar a una visita guiada por gran parte de las instalaciones, en la cual poder presenciar una sesiĆ³n de la bolsa. 

Desde una planta elevada se puede comprobar a todos los sĆ­ndicos a la espera del inicio de la sesiĆ³n, todos parados con el ojo fijo en el reloj antes de que se dĆ© el pistoletazo de salida, casi como si fueran los San Fermines. 

Y cuando suena el bang!, se inicia la locura, todos gritando, hablando, haciendo seƱas a la vez los unos a los otros, es como las rebajas de temporada pero con mucho mĆ”s dinero de por medio. 



Por supuesto, las tristemente desaparecidas Torres Gemelas, de las cuales ya me ocupe en otro post, se encontraban en los aledaƱos del barrio, pero otro de los lugares a visitar, sobre todo para los amantes del Rey del Pop, llamado Michael Jackson, es que en mitad de los rascacielos, aquĆ­ en Wall Street se encuentra una pequeƱa iglesia en cuyo terreno nos dijeron se rodaron algunas escenas de uno de los video clips musicales mas famosos de la historia, Thriller, aunque dicha informaciĆ³n parece distar un poco de la realidad, queda muy chula como leyenda urbana, y desde luego la iglesia si que tiene un aspecto un poco terrorĆ­fico.

Staten Island. 

Y finalmente llegando al sur de Manhattan se encuentra Battery Park, sito en el barrio de Battery, como no podĆ­a ser de otra forma. 

AquĆ­ se puede tomar la mayorĆ­a de los barcos que te llevan a la Estatua de la Libertad o a la Isla de Ellis. 

Pero hay un servicio gratuito de ferry a Staten Island, isla situada al sur de Manhattan y que todavĆ­a pertenece a la ciudad de New York.

No es que Staten Island tenga un encanto especial, pero tomar el barco que te lleva allƭ desde Manhattan, a la luz del atardecer, es una de las mejores oportunidades para disfrutar de unas fantƔsticas vistas, no solo de la Estatua de la Libertad, si no de la linea de rascacielos que es Manhattan a la luz de la luna.










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